
Las hojas siguen precipitándose contra el suelo. Los pájaros siguen regalando sus conciertos. Las nubes siguen desahogando sus penas. Las ardillas como siempre escaladoras. Las palomas como siempre hambrientas. Los zorros como siempre viviendo de nuestras sobras. Los parques tristes, las calles limpias y los cielos transparentes. ¿Qué hacemos nosotros en los tiempos que corren? Jugamos al escondite. Y no somos tan fuertes, ni tan inteligentes, ni tampoco sobresalientes seres vivos. Nacimos para morir. Esperar algo más es engañarse a uno mismo.
Una vez más habrá que levantarse tras la caída. No somos inmortales pero sí grandes guerreros.
Eduardo López
Hermosas palabras de un alma tan joven. Somos guerreros con corazones grandes y tiernos. La soberbia está por los suelos, sucia de barro y lágrimas. Estos días hemos sentido el miedo muy de cerca. No somos inmortales, pero no hay prisa. Lucharemos y tendremos la mano al hermano que lucha codo con codo en la trinchera. No hay prisa, sólo miedo y lágrimas
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No hay prisas… Aún así el tiempo sigue su ritmo y no debemos deternos a temer lo que está por venir. Es mejor seguir dándolo todo y disfrutar de la vida al máximo. Cada día es un nuevo día lleno de emociones y experiencias a vivir. Según mi humilde opinión tenemos que continuar. Miedos a un lado. Sonrisas al frente.
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