
La más viciosa, alucinógena y excitante droga. La probé siendo muy joven y se apoderó de mí. Me hizo olvidar los estúpidos problemas de la juventud. Y me dió madurez, conocimientos y cultura para hacerme un hombre de verdad. Es un vicio que entró por mi sangre y desde entonces controla mi cuerpo. Sueño con él continuamente… Con sus subidas y bajadas de telón. Con el eco de mi voz en sus paredes. Con la fuerza, la grandeza y la pasión de sentirme enorme ante el expectante público. Esa droga que me volvió loco. Es y será siempre mi compañera de viaje. A esa sustancia venenosa la llaman teatro. Yo amo esa sustancia, yo amo al teatro. Y no se trata de que otros critiquen tu actuación, se trata de sentirte impulsado por la acción, la acción que tú y solo tú creas al interpretar.
Teatro, tú y yo juntos por siempre.
Eduardo López
Eduardo,
El Mundo sigue andando gracias a los supuestos «Locos» de la Ciencia y las Artes, como el TEATRO.
Ánimo, tu influyes positivamente en nuestras vidas.
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