Pantalla en blanco, butacas vacías y silencio completo. Tranquilidad e inspiración tocándose mutuamente. Se escucha una única respiración y es la mía. Está calmada, mi alma y también la sala. Suenan crujidos, son las palomitas entre dientes. Comienza la proyección. Las emociones me pellizcan y la historia retuerce mi estómago. Se deslizan lágrimas, se plantan risas y mágicamente la historia se hace realidad.
Plano a plano los sueños se cumplen.
