A veces el tiempo juega con la mente, las ideas navegan sin rumbo, aun así, la realidad se enfrenta cara a cara a la confusión. ¿Días? ¿Semanas? ¿Años? Se puede perder la orientación fácilmente, pero los recuerdos valen un precio emocional que pagamos encendiendo el botón de la memoria. Esas imágenes inundan el campo visual, las vemos como si estuvieran rozándonos la piel. Es eterno imaginar y por ello es genial perderse en los pensamientos, dar de comer vino a la música, beber ricas emociones y bailar el momento hasta despertar del sueño.
Abrir los ojos para evadirse y conquistar la imaginación.
Eduardo López
Imagen por Eduardo López