No la toques sin su consentimiento porque yo sí tengo permiso para destrozarte la vida si cruzas la línea prohibida. No la mires, no imagines su belleza entre tus brazos.¡No quiere! Y tampoco va a querer sentirse en un futuro insegura por tus evidentes frustraciones. Te mereces soledad y sufrimiento, estás ahogando en lágrimas sus ojos y congelando su mirada perdida. La imagen del hombre cosechando inseguridad y la mujer desorientada entre miedos por culpa de la desgracia mental que en la cabeza de los maltratadores reside. Nos merecemos libertad a la hora de elegir con quién compartir nuestros deseos. Los tiempos cambian y el odio crece rebosante entre gritos de lucha y desolación. Ya confundieron nuestros antepasados el concepto de superioridad con el de inseguridad. Y como de cobardía viven, que la venganza les vacie y les obligue a rendirse.
Nos hace falta unión para poder reformar el destrozo creado. Los culpables deben pagar bajo suelo por su merecido y los inocentes no dejar pasar ni una más.
Eduardo López
Eduardo López
Que bien escribes puñetero !!!
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