Pronto emprenderé un nuevo y deseado viaje, abandonaré la tierra donde mis raíces se han reliado con tantas ya familiarizadas costumbres. He vivido junto a los míos y siempre seré cañailla, pero los sueños se hacen realidad cuando más agotado estés de perseguirlos. No tengo miedo de volar a otro lugar, aunque sí tengo la duda de si me llegarán a aceptar. Una ansiedad fronteriza aprisiona mi cuerpo, existen demasiadas ganas conservadoras de separarnos.
¡Qué de crueldad en tan poco territorio! Me arde el alma de pensar que me rechacen nada más llegar pero… tengo una llegada casi asegurada, ellos no, ellos dejan atrás sus vidas por luchar por encontrar algo que les haga sobrevivir.
A todos esos sin corazón: dejad vuestro inconsciente racismo aparcado, queréis como todo el mundo viajar, intentar andar por otros lugares, dejadlos entrar.
Dejad de engañar.
¡Dejad ya el tráfico humano!
Eduardo López
Eduardo López