Sería tan sencillo como recolectar cada mirada sincera y obviar las carátulas sociales. En numerosas ocasiones el revuelo de sentimientos crea inconscientemente falsas ideas, apariencias engañosas. Por ello es necesario mirar con la piel desnuda, sin trapos que entorpezcan la naturaleza humana. Nos quitamos una para ponernos otra aún peor, se llaman máscaras y son los barrotes de nuestra propia prisión. Cuando nos conviene somos puros pero mientras tanto nos colocamos la careta de aparentar. Es triste y real a su vez. Nos hemos centrado en mostrar cada paso que damos. No creo que la libertad sea hacer y después decir cada acción que ejecutamos en nuestras vidas. Debemos luchar por nuestra intimidad.
Tenemos un rostro magnífico para mostrarnos al mundo. Regalemos realidad a cambio de conocer la verdadera cara de los demás.
Eduardo López
Eduardo López
Precioso Edu
Fresca juventud que se torna locura…..Si en la supuesta madurez se torna «locura» según la mayoría social.
Me gustaLe gusta a 1 persona