Las vallas en fila india esperando a darse de lleno con alguna puerta u orificio para dejar en libertad a aquellos animales que quieren respirar. Los postes de la luz se sienten frustrados por cortar las alas a los que pueden volar, estos rebelados han sacado sus picos y no han parado de silbar. Los ríos y su condenado mal sabor de boca se han desbordado, los peces se han suicidado a causa de nuestra basura. ¡Fantástico! También la vegetación ha tirado la toalla, una flor me dijo: – vosotros preferís una docena de pisos vacíos antes que mantener a la naturaleza viva… Esa flor se marchitó porque se opuso al sistema que le habían obligado, intentó cerrar sus pétalos pero el fuego humano todo lo quema.
Llegará algún día en el que la naturaleza se impondrá y el silencio de todos será nuestro último suspiro.
Eduardo López
Imagen por Eduardo López