Me detuve a mirar cada rincón con la deseada intención de encontrarte. Las tonalidades del paisaje acompañaban al sutil roce de mis párpados. Las ansiosas ganas me reconcomían, ha sido fantástico conocer las rugosidades de su cara. Mejillas lisas, florecidas y recargadas de buena energía. Los labios sabrosos por la cebada se relamían mientras los dientes al sol sobresaltaban. El olor por mi nariz variaba entre quesos, chocolate y grandes bosques en libertad. Es satisfactorio para mí nutrir a mi oído con este bello lenguaje.
Su rostro es mi travesía, he conocido nuevo mundo y mucho más a mí mismo.
Eduardo López
Imagen por Eduardo López