La voz del aire agitado pide mediante susurros que abra la puerta para dejarlo en libertad. La corriente se lo lleva, lo que deseo olvidar, aquellos recuerdos oscuros que a mi mente le hacen delirar. Produzco estanterías en mi cabeza, con el fin de olvidar mis objetivos y llegar a sincerarme con la realidad. Los sueños, dormido, mi mejor manjar, cuando abro los ojos y os veo cerca de mi paladar. A fin de cuentas se trata de mezclar sueños dormidos al despertar, cerrarlos de nuevo y disparar a imaginar.
Los sueños activos.
La imaginación viva.
Las experiencias enriquecidas.
Eduardo López
Imagen por Victoria López