¿Qué te crees que no me doy cuenta? Pues sí que me la doy. ¿La cuenta? Sí, ¿cuánto es? Pues son mil palabras sonsacadas a maldad y doscientas mentiras dolorosas. Muy caro, eh. No pagaré el servicio de esas personas que hacen mis días más largos, porque mi tiempo es mío y no de otros, yo elegiré las necedades que llevaré conmigo a las tierras ricas de mi cementerio.
No voy a regalar mi interior a quien ensucie con sus intenciones, mis soñadas ambiciones.
Eduardo López
Imagen por Eduardo López