Te miro y me contaminas de algo indescriptible, las palabras se quedan frías y mis pupilas palpitantes. Intento evitar la mirada viciada a tu movimiento vibrante y sensual, ya que siempre me pusiste nervioso y ansioso de arder en el aire como tu lo haces.
< Conversación con la llama de una vela. >
Eduardo López
Imagen por Eduardo López